El gremio de los porteros ofreció US$ 11,5 millones por la sede de Hebraica en Once y hay polémica
En 2015 adquirió 10 pisos y ahora hizo una oferta por el resto del inmueble. Aunque algunos directivos dicen que va muy poca gente y es inviable, hay socios que se oponen.
Hace dos años, el sindicato de los porteros compró diez pisos de la sede de la Sociedad Hebraica Argentina (SHA) de Sarmiento 2233. Ahora, el gremio liderado por Víctor Santa María va por todo y ofertó US$ 11,5 millones por el resto del edificio. La Comisión Directiva de la institución judía citó a una asamblea para el sábado 29 en la sede de Pilar para decidir si aceptar o no la propuesta. El argumento es que el edificio genera déficit. Y hay polémica, porque algunos socios se oponen, porque dicen que la sede de Once es un emblema para la colectividad.
El Suterh ofreció US$ 11,5 millones, a pagar la mitad al contado y el resto en 18 meses. En 2015 ya había comprado del piso 5° al 14° por US$ 3,5 millones, para instalar parte de su Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo, algo que aún no hizo.
Aunque la decisión dependerá de lo que elijan los socios en la asamblea, los directivos de la SHA están a favor de aceptar la oferta. "La Hebraica tiene 6.500 socios, pero en los últimos años a la sede de Sarmiento van menos de 200 -argumenta el presidente de la Hebraica, Diego Dinitz-. Se ofrecen entre 70 y 80 actividades, pero la gente no concurre, porque más del 80% de nuestros socios ya no vive en el Once. La mayoría se mudó al corredor norte".
Según Dinitz, mantener la sede de Sarmiento es inviable porque genera un déficit de más de un millón de dólares por año. "El costo mensual para sostenerla es de $ 1.436.000. Además, el edificio quedó obsoleto. Las canchas no cumplen con las medidas que exigen los reglamentos actuales. La pileta en altura tiene una habilitación precaria. Y no se justifica invertir en una sede adonde nuestros socios no van. Mi compromiso moral, legal y ético es que no vamos a disponer de los fondos de la venta, que van a quedar bajo el control de una comisión de 20 socios. Acá lo importante es que se deje de generar déficit".
Pero hay socios que se oponen a la venta, porque para ellos el valor simbólico de la sede de Once es innegociable. “El valor de este edificio no se puede medir con plata -aseguraron en un comunicado-. Ya atravesamos otras situaciones posiblemente mucho más graves y comprometidas que ésta, y siempre las personas que presidieron la institución encontraron y tuvieron la creatividad y la inteligencia para superarla. No creemos que esto sea diferente de otras veces”. Además, dicen que la gente dejó de ir porque la mayor parte de las actividades se trasladaron a Pilar.
"No es lógico que se venda un edificio de esta envergadura al primer interesado y sin realizar una oferta pública -cuestiona el socio Miguel Goldcher-. El Suterh hace dos años compró una parte sin ingreso exterior. Se había comprometido a hacerle una entrada independiente, pero no la hizo. Y Hebraica no usó los fondos de aquella venta para reformar la sede de Once ni para sanear el déficit. Los invirtió en el country de Pilar. Acá hay un tema ideológico, porque un club social y deportivo es para incluir, no para dar ganancias".
“Es cierto que hicimos una oferta. Nos interesa el edificio porque nos permitiría cumplir el fin de poder darles educación a nuestros afiliados a través de nuestra universidad. Es un patrimonio cultural de todo el país, la idea es ponerlo en valor”, afirmó el titular del Suterh, Víctor Santa María, consultado por Clarín.
La SHA tiene más de 90 años. Fue fundada el 16 de abril de 1926 y su socio honorario número 1 fue Albert Einstein. Primero la institución funcionó en la avenida Callao, después se mudó a la avenida Alvear y en la década de 40 se instaló en la calle Sarmiento. En los años 60 se sumó la sede de Pilar, que tiene 130 hectáreas y 800 viviendas.
Desde 1968, la sede de Once cuenta con un importante teatro, donde también funcionó la Cinemateca Argentina. Además, en el edificio hay siete murales de los artistas Antonio Berni, Eduardo Castagnino, Demetrio Urruchúa, Antonio Sibellino, Juan Batlle Planas, Luis Seoane López y Leo Vinci, que en 2015 fueron declarados Patrimonio Cultural de la Ciudad. También se destaca la biblioteca, con más de 40.000 volúmenes, algunos de ellos incunables.
Según Dinitz, si el Suterh compra el edificio tendrá la obligación de conservar los murales y el teatro. Y los socios de la SHA podrán seguir usando las instalaciones por tres años. Porque, según anticipa, parte del plan del gremio es recuperar los espacios deportivos. Mientras, la biblioteca será mudada a un petit hotel en Ciudad de la Paz al 1000, que la Hebraica recibió del Suterh como parte de pago por la compra de 2015. "La sede de Belgrano abrirá antes de fin de año para actividades culturales y sociales, promete Dinitz.
El directivo cuenta que tiene 63 años y 50 como socio de la SHA. "En el edificio de Sarmiento conocí a mi esposa y a mis amigos. Esta movida me produce melancolía y angustia, pero sé que mantener la sede es inviable. Los judíos de la diáspora tenemos que aprender que un edificio no tiene valor. En la Alemania nazi perdimos todo: templos, escuelas, casas. Y en la Argentina nos volaron la Embajada de Israel y la AMIA. La Hebraica se sostiene en los vínculos, no en los lugares".
"El edificio de la AMIA estaba emplazado siempre en Once y, después que lo volaron, volvió a ser emplazado en el mismo lugar -señala Rogelio Szmukler, también con 50 años en la SHA-. Los edificios tienen un valor fundacional, porque tienen que ver con la historia. Y nosotros queremos que se respete nuestra historia. El edificio de Sarmiento 2233 es muy emblemático para nuestra comunidad y es irreemplazable".
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